Discurso de Odio: Amenaza a la Paz y la Dignidad Humana
El discurso de odio confronta, violenta y no abona a la construcción de paz, al contrario, destruye los puentes de diálogo y envenena la convivencia.
En la última década, el mundo ha presenciado un preocupante incremento en los discursos de odio, principalmente dirigidos hacia poblaciones migrantes y grupos históricamente vulnerados. Este fenómeno ocurre en un contexto de resurgimiento de la extrema derecha y crisis migratorias, donde la xenofobia se usa como herramienta política para consolidar proyectos de poder. Reflexionar sobre sus causas, expresiones y consecuencias es fundamental para construir una cultura de paz.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define el discurso de odio como toda comunicación que ataque o use lenguaje peyorativo contra personas o grupos por su religión, etnia, nacionalidad, género u otro factor de identidad. Estas expresiones deshumanizan, polarizan a la sociedad, generan conflicto y refuerzan la violencia estructural.
La proliferación de movimientos de extrema derecha
Movimientos de extrema derecha han ganado fuerza en Europa, América Latina y Estados Unidos. Utilizan narrativas de exclusión basadas en nacionalismo extremo y miedo al “otro”, presentando la migración como amenaza a la identidad, economía y seguridad. Estos discursos encuentran eco en poblaciones que buscan soluciones autoritarias y explicaciones simplistas a sus crisis sociales o económicas.
Entre estos movimientos destacan MAGA (Make America Great Again), impulsado por Donald Trump y su discurso antiinmigrante centrado en la superioridad de la etnia estadounidense; el “Bibismo” de Benjamín Netanyahu, líder del partido Likud en Israel, con políticas ultranacionalistas, retórica antiárabe y alianzas con partidos religiosos de extrema derecha; y La Libertad Avanza de Javier Milei en Argentina, que combina ultraliberalismo económico, conservadurismo moral y un discurso que responsabiliza a migrantes de crisis económicas y de seguridad, consolidando su narrativa autoritaria.
Migración internacional y discurso de odio antiinmigrante
La migración internacional, causada por violencia, pobreza, cambio climático o persecución política, se ha convertido en blanco de discursos de odio que deshumanizan y normalizan la xenofobia. Estos mensajes refuerzan estereotipos, generan violencia simbólica y física, y erosionan el tejido social. Migrar no es un crimen; es un derecho humano que debe ser protegido.
El discurso antiinmigrante se utiliza como mecanismo para desviar la atención de problemas estructurales internos y consolidar poder. Trump consolidó su candidatura y presidencia con un discurso de odio hacia migrantes latinoamericanos, especialmente mexicanos, retratándolos como criminales y prometiendo construir un muro en la frontera sur. Netanyahu, en Israel, impulsó políticas restrictivas contra personas migrantes africanas, alimentando percepciones de amenaza demográfica y social que justifican su exclusión. Milei, en Argentina, niega los derechos de personas migrantes vulnerables, responsabilizándolas de problemas económicos o de seguridad, en sintonía con su visión ultraliberal.
Consecuencias sociales y políticas
El discurso de odio no solo hiere: mata, violenta, desplaza, vulnera derechos y genera conflictos bélicos. Su normalización incrementa agresiones físicas y simbólicas, erosiona la cohesión social y promueve políticas públicas que niegan la dignidad de migrantes, refugiados y minorías. El odio se convierte en un instrumento de gobernabilidad basado en el miedo y la división, profundizando crisis democráticas y humanitarias.
Pronunciamientos y llamados a la paz
Frente a este panorama, la Declaración de Paz de la Universidad Autónoma de Sinaloa (2025) llama a promover:
Diálogo intercultural e intergeneracional
Defensa de los derechos humanos y la dignidad
Pensamiento crítico desde las aulas
Iniciativas de paz local con perspectiva global e inclusiva
Conciencia ambiental y respeto a la diversidad
Empatía, tolerancia y respeto como respuesta a los conflictos
Contenidos mediáticos, culturales y educativos transformadores
Estas acciones recuerdan que el discurso de odio no es justificable bajo ningún motivo. Frente a su propagación, urge construir narrativas e iniciativas basadas en empatía, solidaridad y justicia social para garantizar la paz y la dignidad de todas las personas.
Como destaca la Estrategia y Plan de Acción de la ONU contra el discurso de odio, es clave que especialistas, académicos, políticos, sociedad civil y medios de comunicación impulsen:
Apoyo a los Estados para desarrollar políticas y marcos legales respetuosos de los derechos humanos
Contranarrativas efectivas que promuevan empatía y respeto
Alianzas con plataformas digitales para regular contenidos dañinos sin restringir la libertad de expresión legítima
Empoderamiento juvenil como agentes de cambio en sus comunidades.

