Causas de la Violencia de Género y su Marco Legal en México

Entender las causas estructurales y culturales de la violencia de género en México resulta muy importante, pues ciertos elementos como el machismo están presentes desde hace muchos años, enraizados en la sociedad mexicana y también en la de otros países de Latinoamérica.

Iván Cáceres Rodríguez

9/15/20253 min leer

En México, el término machismo sigue siendo un referente de la identidad masculina, entendido como lo que los hombres dicen y hacen para ser hombres. Y también define la relación de subordinación de las mujeres que están al servicio de los hombres, legitima y justifica socialmente sus acciones, en particular contra las mujeres. Según Mathew Gutmann, “los estereotipos sobre el machismo constituyen los ingredientes críticos en el capital simbólico empleado por los mexicanos comunes y corrientes [...] para muchos, el machismo es considerado como una parte constitutiva del patrimonio nacional de México”; asimismo, es uno de los elementos en los que se sustenta la homofobia.

El machismo está presente en muchos elementos culturales y estructurales de la cultura mexicana y latinoamericana, como en películas, libros y música. Por ejemplo, en la cinta mexicana Enamorada de 1946, se muestra la autoridad masculina y la idea de que los hombres tienen el derecho de decidir y manipular. Una frase del personaje interpretado por Pedro Armendáriz lo deja claro: “A la vaca mañosa hay que saberla ordeñar”. A través de la música también se manifiesta e incluso incita a la homofobia. Un ejemplo de ello es la canción P*to de la banda de rock mexicana Molotov, que surgió a finales de los años noventa.

Para comprender mejor este fenómeno, en GAMIP ALC consultamos a la especialista Lilia Monroy Limón, licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), maestra en Estudios de Género por el Colegio de México (COLMEX), maestra en Terapia Familiar por el Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia (ILEF) y maestra en Consejería en Sexualidad por el Instituto de Estudios Superiores en Sexualidad (CESSEX). Con más de 20 años de experiencia como terapeuta, se ha especializado en género, terapia relacional, feminismo y narrativas, además de una amplia trayectoria como docente y consultora en temas de igualdad y prevención de la violencia.

Causas estructurales

La violencia de género no aparece de la nada; responde a un sistema social que históricamente ha colocado a mujeres y hombres en lugares distintos y desiguales. Entre estas causas estructurales podemos mencionar:

  • División del trabajo: se asignan tareas y ocupaciones “propias de hombres” y “propias de mujeres”, siendo las masculinas mejor valoradas social y económicamente.

  • Vida familiar y roles tradicionales: se espera que la mujer asuma responsabilidades del hogar y del cuidado, mientras que el hombre ocupa el espacio público y de toma de decisiones.

  • Ciudadanía limitada: históricamente, a los hombres se les asoció con lo político y lo público, mientras que a las mujeres con lo doméstico y lo privado.

  • Uso de la violencia como control: quienes tienen más poder, generalmente los hombres, la utilizan como herramienta para mantener la subordinación de las mujeres. La viven como una prerrogativa legitima.

La investigadora Joan Scott (1986) plantea que el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales y, por tanto, atraviesa todo: instituciones, leyes, costumbres, religiones y hasta rituales sociales como fiestas de 15 años, despedidas de soltero o matrimonios. En todos esos espacios se refuerzan estereotipos y se construyen identidades que nos dicen cómo “debe” comportarse un hombre o una mujer.

Aspectos a reforzar del marco legal

México cuenta con leyes importantes como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007, con reformas en 2024) y la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (2006, también reformada en 2024). Sin embargo, la realidad demuestra que aún hay mucho camino por recorrer.

Entre los aspectos que convendría reforzar, destacan dos medidas principales:

  1. Unificar los sistemas actuales de igualdad y de una vida libre de violencia

    En lugar de funcionar de manera paralela, ambos podrían integrarse en una sola instancia encargada de diseñar, coordinar y presupuestar acciones, lo que permitiría mayor coherencia y eficacia.

  2. Aplicar con mayor fuerza la perspectiva de género en otras leyes relacionadas

    Por ejemplo, en la Ley de Trata de Personas, la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes o la Ley General de Atención a Víctimas. Hoy en día, en estos marcos legales los mandatos de igualdad y no violencia de género aparecen más como discurso que como acciones claras y operativas.

Conclusión

Hablar de las causas de la violencia de género y del marco legal en México es hablar de una lucha de larga data contra estructuras profundamente arraigadas. El machismo, los estereotipos de género y las desigualdades en la vida cotidiana siguen alimentando la violencia. Las leyes existen y son un paso importante, pero su efectividad depende de que se fortalezcan, se apliquen de manera transversal y que la sociedad en su conjunto reconozca la urgencia de erradicar este problema.

Porque, al final, entender las causas es el primer paso para construir un país más justo, donde mujeres y hombres puedan vivir en igualdad y libres de violencia.

Esta es la segunda entrega de una serie de artículos en los que seguiremos profundizando, junto con la especialista, en distintos aspectos de la violencia de género.